Institucional

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Historia

Corrían los primeros días del año 1900 cuando un infausto rumor comenzó a circular en los pasillos del recientemente creado Ministerio de Agricultura: una epizootia que afectaba a los bovinos se había declarado en el sur de la provincia de Buenos Aires. Por muchos días la aftosa ocupó la atención de los principales periódicos y, además de afectar gravemente desde entonces y por casi un siglo la economía nacional, dejó al desnudo nuestras carencias en legislación, en policía sanitaria y en la pobre atención brindada a la formación de profesionales de una ciencia hasta entonces no muy valorada, la veterinaria.

 

Cuatro años más tarde, el panorama había mejorado en cierto aspecto gracias a la sanción de una ley de Policía Sanitaria, empero los controles sanitarios poco o nada habían cambiado. Consciente de tal situación, el ministro Wenceslao Escalante decide cambiar el propósito de la ley 4.174 (de 1903) que creaba una Estación Agronómica, Granja Modelo y Escuela Práctica de Agricultura en los terrenos de la “Chacarita de los Colegiales”, ubicados en el oeste de la ciudad de Buenos Aires, para dar nacimiento ahora -por decreto del 19 de agosto de 1904- al Instituto Superior de Agronomía y Veterinaria.

Inaugurado el 25 de septiembre de 1904 -la fecha original del 18 debió postergarse por mal tiempo-, el Instituto se debatió en sus primeros tiempos en un mar de incertidumbres creado principalmente por la prédica negativa de la prensa opositora al Gral. Roca. Este, justo es recordarlo, había ya inaugurado en 1883 el primer instituto de formación superior de veterinarios: la Escuela de Agronomía y Veterinaria y Haras de la provincia de Buenos Aires en Santa Catalina, más tarde trasladada a la ciudad de La Plata y transformada en Facultad de Agronomía y Veterinaria. También es necesario señalar que apenas diecisiete días antes de abandonar su segundo mandato dejó para la posteridad habilitada la segunda obra de tal tipo en el país.

El Instituto de la Chacarita, como se lo denominaba vulgarmente en una síntesis de dudoso buen gusto, había sido proyectado sobre terrenos inundables y que habían sido asiento de fábricas de ladrillos lo que lo hacían inapropiado para los cultivos, las construcciones semejaban un chalet de recién casados y para colmo estaba alejado del centro de la ciudad siendo su acceso sumamente difícil.

No era poco para los adversarios políticos, que además se quejaban de que se había malgastado los fondos del erario en crear una escuela para formar… veterinarios!

Su primer rector fue el químico y médico Pedro N. Arata, notable exponente intelectual de la generación del 80. Gran parte del plantel docente fue contratado en Europa, así por ejemplo vinieron, entre otros, de Italia los Dres. Godofredo Cassai, Angel Baldoni y Salvatore Baldasarre; de Alemania, Kurt Wolffhugel; de Francia, Julio Lesage. Solamente un veterinario argentino integró el cuerpo de profesores en los primeros años: el Dr. Joaquín Zabala, quien más tarde fuera considerado el padre de los veterinarios argentinos.

A los dos años de funcionamiento la escuela contaba ya con una revista propia: los Anales del Instituto Superior de Agronomía y Veterinaria de la Nación. También había un Centro de Estudiantes, cuyo presidente era el futuro veterinario José Morales Bustamante.

A fines de 1908 egresó la primera promoción de graduados; más de treinta veterinarios se incorporaban así al quehacer nacional. Este fruto permitió apreciar la eficiencia y calidad de los estudios, por lo que el 10 de mayo de 1909 el Poder Ejecutivo incorporó al Instituto a la Universidad de Buenos Aires, dejando entonces de ser una dependencia del Ministerio de Agricultura. Al poco tiempo la Universidad dio su conformidad a este paso, pero dándole al Instituto categoría de Facultad. El rector Arata pasó a ser así el primer decano de la naciente Facultad de Agronomía y Veterinaria.

Hubo que esperar quince años hasta que se designara un decano que fuera un profesional de alguna de las dos carreras de la casa. Correspondió ese honor al veterinario Daniel Inchausti que ejerció el decanato en el período 1924-1927.

Hasta 1912 los ingresantes a la carrera de veterinaria siempre fueron mayoría sobre los de agronomía, pero a partir de 1913 la tendencia cambió abruptamente, llegando en algunos años los inscriptos en agronomía a cuadruplicar a los de veterinaria. Este fuerte desnivel fue fermento de ciertos conflictos en el manejo del presupuesto, los que se agudizaron desde mediados del siglo. Así las cosas en 1972 la situación se tornó insostenible para la carrera de veterinaria y después de un traumático proceso -que incluyó marchas por la ciudad, la suspensión de las clases y una huelga de hambre- se logró la sanción de la ley 19.908 del 23 de octubre de 1972 que dio nacimiento a la Facultad de Ciencias Veterinarias. La separación se efectivizó desde el primer día del año siguiente y fue el primer decano el Dr. Guillermo C. Lucas

Aporte del Méd. Vet. O. A. Pérez